miércoles, 31 de agosto de 2011

Domingo que no fue.



Uno viejito, viejito de 2009...espero lo disfruten.



El día me encontró
en un atardecer otoñal 
de un verano que se despide,
con un cielo celeste
intercalado de nieve grisacea,
exahusto pero feliz,
confundido pero en claridad,
alborotado pero sereno,
un mar de sentimientos
que me atormenta en calma.


Entre musas de momo, 
y voces asaltantes,
emprendí el camino,
enturbiado por el nubarron,
que en su paso fugaz
hizo temblar los cimientos
de un solitario corazón.
Motor que la reclama, 
pero que sufre 
por no ser correspondido.




Ya con deuda oxigeno,
algo común en estos días,
avanzaba buscando respuestas,
ansiando un nuevo orden, 
intentando alcanzar las respuestas...
ahí un rayo questionador,
me hizo preguntarme,
¿qué busco alcanzar?
¿cuál orden que espero?
¿cómo ordenar al corazón?


Así la busqueda 
dejó saldo negativo en respuestas,
una infinita lista de preguntas,
donde una destacaba, 
como ese rayito de sol, 
entre tantas nubes,
¿qué hago sin tu sonrisa?
Y el castillo de naipes, 
que era mi razonamiento,
se derrumbó de nuevo,
volviendo a un principio incierto,
a un puerto peligroso,
que son tu ojos,
que arranca el corazón.


Gracias y hasta la proxima.

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