miércoles, 5 de septiembre de 2012

Doble filo.

Era una chica ruda,
aire recio al caminar,
sus ojos solo emanan
seguridad y confianza

sabiendo que no puede fallar.

Provocativa su mirada,
engatuzaba a todo aquél
que hozara responder
su provocación de fatal mujer.

En un rincón de su habitación,
libros tirado de sillón,
la última carta de un amor
y otra vez la almohada atestiguó,
todas sus lágrimas de temor,
toda su rabia insegura,
aquella puta intriga,
de dónde está el amor....