domingo, 8 de julio de 2012

Errando

Herrumbrado en la penumbra,
de la sumas de mi dudas,
desconfiado de lo cotidiano,
meditando recluido mundano.

Pasivo y dubitativo,
relamiendome la herida
mientras sangro por la misma,
y esta puta no se cura.

Sin fin de noches,
dedicadas como esclavas,
al resolver de mil incognitas,
que ni son mil,
ni son incognitas.

Barajo en la petaca,
mil opciones de resaca,
poemas adictivos,
de rimas al suicidio,
de no llegar a ojos
de quien deben ser leídos.

Trago verde sin depende,
barniz violeta sin poeta,
lírica de una voz de milonguera,
tierna la disntigue aguantando en la gatera.
lo desconocido no es terrible,
sólo es desconocido,
lo terrible en esta vida es el olvido.

Fragata entre mis líneas,
cautiva sin aviso,
de tanto buque hacia el olvido,
la prosa la persigue,
sin poder dar en su nido.

Barajo en la petaca,
mil opciones de resaca,
poemas adictivos,
de rimas al suicidio,
de no llegar a ojos
de quien deben ser leídos.

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