Era una chica ruda,
aire recio al caminar,
sus ojos solo emanan
seguridad y confianza
sabiendo que no puede fallar.
Provocativa su mirada,
engatuzaba a todo aquél
que hozara responder
su provocación de fatal mujer.
En un rincón de su habitación,
libros tirado de sillón,
la última carta de un amor
y otra vez la almohada atestiguó,
todas sus lágrimas de temor,
toda su rabia insegura,
aquella puta intriga,
de dónde está el amor....
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